Por: Fernando Barrientos
Médico Interno de la Universidad Autónoma de Honduras
La carrera por la creación de la vacuna para COVID-19 se puso en marcha en marzo 2020. Más de 165 vacunas a nivel mundial se han creado, de las cuales, 27 de ellas están siendo probadas en seres humanos. La compañía Moderna fue la primera a nivel de América en comenzar ensayos clínicos en humanos mostrando grandes avances y buenos resultados; la fase III, la cual medirá la eficacia de la vacuna, empezó el 27 de julio y busca reclutar alrededor de 30,000 participantes. La compañía alemana BioNTech, en colaboración con Pfizer y Fosun Pharma han tenido resultados aceptables al igual que la vacuna de Moderna cual acaba de empezar la fase III de ensayos clínicos. La Universidad de Oxford en conjunto a la compañía AstraZeneca, publicaron el 20 de julio del 2020 sus últimos avances sobre la vacuna que ellos están creando.
En un estudio reciente se logró verificar su seguridad “En conclusión, ChAdOx1 nCov-19 es segura, tolerada e inmunógena, mientras que la reactogenicidad se reducía con el paracetamol. Una sola dosis provocó respuestas tanto humorales como celulares contra el SARS-CoV-2, con un refuerzo de la inmunización que aumentaba los anticuerpos neutralizantes."(Safety and inmunogenicity of the ChAdOx1 nCov-19 vaccine against SARS-CoV-2). La fase III de esta vacuna se está realizando en Brasil, Sudáfrica y Reino Unido. Esta es la vacuna que por los momentos ha tenido los “mejores resultados”, sin embargo, todavía es muy temprano para dar una conclusión sobre la eficacia y seguridad de la vacuna a gran escala.
El mundo entero está esperando la vacuna, más aún, aquellos países que tienen un sistema de salud deficiente y han sufrido por la pandemia, como Honduras. Es acá donde debemos dejar el individualismo a un lado, y pensar "Mi accionar puede afectar las personas con las cuales convivo". En un sentido figurado, siempre hemos tenido una "vacuna", la prevención. Las ventajas de esta vacuna, van desde su fácil acceso hasta su uso sencillo, las siguientes practicas son los componentes de este recurso invaluable:
1. El lavado de manos con agua y jabón constante ayuda a eliminar el virus que se encuentra en las manos.
2. El uso de mascarilla al momento de salir es de vital importancia; al toser, estornudar o hablar cerca de alguien y usando la mascarilla, evita la propagación del virus.
3. El distanciamiento social; si se está cerca (a menos de 2 metros) de una persona, corre el riesgo de inhalar las partículas expulsadas de otra persona cuando tosa o estornude.
Utilizando estas tres prácticas estamos poniendo de nuestra parte, nos ayudamos y ayudamos a los demás. Apoyamos a los científicos consiguiendo más tiempo para que la vacuna tenga una mayor eficacia.
Pongamos de nuestra parte, la lucha es grupal.