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¿POR QUÉ SOMOS POBRES EN HONDURAS?

Por: Jose Albino

Licenciatura en Ciencias Económicas de la Universidad de Notre Dame


Doscientos años después, frente al juicio de la historia, Doña Honduras recuerda las circunstancias que determinaron el destino de sus hijos: los catrachos. De quienes, si medimos su éxito y riqueza por el producto interior bruto (PIB), el cual refleja el valor monetario de todos los bienes y servicios producidos dentro de un país, vemos los caminos divergentes comparado con los hijos de la vecina, los ticos. El catracho promedio vale por un PIB nominal per cápita de $2,869. En cambio, el tico promedio vale por un PIB nominal per cápita de $12,690. Estos números nos dicen que el tico disfruta de más de cuatro veces la riqueza que un catracho.


Para entender la raíz de esta diferencia, doña Honduras se imagina joven cuando era seducida con la idea de independencia al principio de los 1800. Ella se visualiza dentro del punto de vista de la elite que la pretendía fuera del control de la corona española, y piensa: “Hmmm, a mí no me querían libre de España por mi propio beneficio, sino que me hablaban bonito para que los dueños fueran la elite criolla”. La joven Honduras solo fue ilusionada y usada. Ella declaró su independencia para vivir el mismo infierno, solo que con diferente diablo.


La independencia para Honduras y Costa Rica ayudaron a fomentar caminos desiguales. Por un lado, para Honduras la independencia reforzó las viejas cadenas de la esclavitud y el trabajo forzado para asegurar la pobreza. Y, por el otro lado, para Costa Rica la libertad fortificó las bases para el desarrollo. Sin embargo, doña Honduras se pregunta: ¿cómo pudo pasar esto si en su juventud ella era más atractiva que doña Costa Rica? ¿Acaso ella, doña Honduras, no se arreglaba con joyas de oro y plata que eran admiradas mientras Costa Rica era simplona y mal arreglada? o ¿podían negar que era ella, doña Honduras, quien en sus tierras permitía con mayor facilidad el comercio?


¿Entonces, Doña Honduras tiene toda la razón y sus hijos deberían ser los prósperos?


Sí.


No obstante, para entender por qué pasó lo opuesto tenemos que regresar a la juventud de Honduras y Costa Rica. Durante la época Colonial, Honduras atrajo a muchos españoles con la exhibición de oro y plata además de las facilidades en la agricultura y ganadería para el establecimiento del sistema de encomienda y subsecuentemente el de hacienda. En cambio, Costa Rica, la provincia más al sur de la Capitanía General de Guatemala fue, pues, olvidada debido a la distancia sumada a la prohibición en contra del comercio con Panamá y la falta de oro y plata, lo que disuadió a muchos españoles de vivir ahí y a su vez a futuro le dio su mayor riqueza.


Mientras la joven y atractiva Honduras atrajo cortejantes que establecieron sistemas económicos de extracción que utilizaban a la población local para enriquecerse. En comparación, la joven Costa Rica tuvo pretendientes que tenían que trabajar sus propias tierras debido a la falta de indígenas para trabajos forzados. Y en consecuencia, no permitió la creación de sistemas económicos extractivos y más bien fundaron un sistema económico campesino inclusivo. Por ende, los pretendientes de Costa Rica establecieron una sociedad que premiaba el esfuerzo individual con la propiedad privada donde cada quien disfrutaba el fruto de sus labores e inversiones. Y en conclusión, con el paso de más de 200 años desde la independencia determinaron los caminos dispares de ticos y catrachos que cada día están más marcados, ya que los pretendientes de la madre de estos primeros la trataron como su esposa, pero los de la segunda solo le dieron el trato de amante.


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