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¿Por qué es tan importante hablar de violencia de género?

Por: Annie Ponce

Lic. Relaciones Internacionales

Mgtr. Ciencia Política

Miembro de EspacioH, Comité de R.R.I.I

En las últimas semanas hemos presenciado una serie de feminicidios que han generado un impacto enorme en la población hondureña. Lastimosamente, esta no es la primera vez que sucede. Honduras es uno de los países latinoamericanos con más violencia contra la mujer, de hecho, el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y El Caribe, indica en su análisis que las tasas más altas de feminicidio por cada 100,000 mujeres se observan en primer lugar Honduras (6,2) seguido de El Salvador (3,3).


La Organización de las Naciones Unidas definen la violencia contra la mujer como:


“Todo acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada”.


El término de violencia de género es utilizado para diferenciar la violencia común de aquella que es dirigida a personas de acuerdo o en base a su género. Todas las vidas de las personas son valiosas, tanto hombres como mujeres merecen sus derechos sean respetados, en especial el derecho a la vida. Sin embargo, la violencia contra la mujer se expande mucho más, ya que históricamente y aún en la actualidad, la mujer continúa siendo objeto de injusticias sociales. Para brindarles una idea más clara, el Foro Económico Mundial expresó en su Global Gender Gap Report (informe global de la brecha de género) del 2020 que las generaciones de hoy no veremos una paridad de género en nuestras vidas y probablemente nuestros hijos tampoco.


De acuerdo con dicho informe, Honduras ocupa el puesto número 58 de 153 países en el índice global de la brecha de género, con un puntaje total de 0.722 (donde 1 es equivalente a la paridad). La evaluación parte de cuatro subíndices principales, que son: participación económica y oportunidad, logro educativo, salud y supervivencia, y empoderamiento político. Este último, empoderamiento político, es el de menor puntaje con 0.199, un indicador de la poca representación de las mujeres en el Gobierno como congresistas, ministras o jefes de Estado. Se han observado avances, pero a pesar de ello se aprecia que las disparidades se incrementan debido a la introducción reciente de leyes que no favorecen a las mujeres, por el contrario, agregan más obstáculos para alcanzar la igualdad de género, especialmente en la política. El reconocer y hablar de violencia de género hace ilusión a la larga lucha de la mujer a través de los años por una sociedad justa, una en la que se realicen correcciones históricas a los derechos sociales, políticos, económicos, sexuales y reproductivos, que se han visto obstaculizados por los sistemas en los que actualmente vivimos. Las garantías constitucionales y acceso a estos derechos lograrán una verdadera equidad de género en el mundo. De esta manera, se logre erradicar el pensamiento patriarcal de forma cultural y social en la que el hombre tiene "autoridad jerárquica" sobre la mujer, dando lugar a creer que tiene derecho y superioridad para discriminar y oprimir, creando una violencia sistemática, que puede culminar en la muerte.


Anne Firth Murray, profesora de la Universidad de Stanford y autora de libros sobre la salud internacional de la mujer y sus derechos humanos, describe cuatro temas críticos que afectan a la mujer; el nacer mujer, la pobreza, la desigualdad en el acceso a los servicios y derechos básicos, y la violencia (violencia de género). La economista, politóloga y especialista en género, resalta que estos teman varían en gravedad de acuerdo con el país de origen, pero se consideran críticos ya que podrían significar vida o muerte, dependiendo de si sus derechos humanos son respetados o no. Estas mismas temáticas han sido objeto de estudio y creación de organizaciones que enfocan sus esfuerzos en desarrollar políticas y estrategias para erradicar la desigualdad entre hombres y mujeres.


A nivel internacional, existen muchas organizaciones e iniciativas que tratan de luchar por un mundo donde la equidad de género pueda lograrse y la violencia contra la mujer, erradicarse. En nuestro país, organizaciones como el Centro de Derechos de Mujeres (CDM) luchan por el fortalecimiento de la igualdad y justicia de género. Gracias a su Observatorio de Derechos Humanos de Las Mujeres, se ha evidenciado de forma más transparente y pública las formas de violencia contra las mujeres por medio de información, análisis y estadísticas objetivas con el fin de promover acciones contra la problemática. En el 2020, mediante su monitoreo en el observatorio, se registraron 278 muertes violentas de mujeres, datos que fueron recopilados de los medios de comunicación en Honduras; el CDM continúa siguiendo de cerca los datos de este año, desarrollando conciencia en la población y exigiendo justicia para las víctimas.


Es fundamental que nos sigamos educando, tanto hombres como mujeres al respecto de esta realidad, no podemos ignorar las injusticias y esperar todo cambie sin ser parte del cambio. Leamos, escuchemos, analicemos y actuemos para que las generaciones futuras no tengan que luchar como lo hicimos nosotras. Los derechos de las mujeres han dado un gran paso desde mitades del siglo pasado, y se ha incrementado su participación en la escena pública (algo que antes se miraba imposible), pero aún hay mucho trabajo por hacer, la lucha sigue y hay que elevar nuestras voces cada vez más para ser escuchadas y no calladas.



Recuerda sus nombres:

Alba Flores 15 años

Keylin Hernández 19 años

Keyla Martínez 26 años

Leonor Cálix 49 años



Y la lista continúa…


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