Por: Katherine Lagos Hernández
Pasante de la carrera de Relaciones Internacionales
La caída de La República Islámica de Afganistán en manos de los talibanes ha dado lugar a situaciones trágicas, una crisis humanitaria a raíz de la violencia e inseguridad, por lo que miles de afganos se vieron obligados a huir de su país. Las personas de Afganistán comprenden una de las poblaciones refugiadas de mayor tamaño en el mundo. La mayoría de las familias afirman haber abandonado su hogar por su seguridad, sin importar que existiera el riesgo de encontrarse con explosivos improvisados o de sufrir ataques en manos de grupos armados.
Según la definición de la Convención de Refugiados de 1951, un refugiado es una persona que se encuentra fuera del país de donde es originario, o bien donde reside habitualmente, debido a un temor fundamentado de persecución por razones de conflictos armados, etnia, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social u opiniones políticas, y que no puede o no quiere reclamar la protección de su país. Así pues, por su situación se ven obligados a buscar seguridad en países cercanos o de primer mundo.
Al menos 2,6 millones de afganos vivían ya en el extranjero como refugiados, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), ha registrado 57,980 refugiados compuestos por un 49% de niños y un 25% de mujeres. Los mayores receptores de afganos son los países vecinos tales como Pakistán con 27.860, Irán con 24.520 y Tajikistán con 5,600 refugiados, otros se han dirigido a Alemania, India y Turquía el cual ha recibido afganos como refugiados condicionales con derechos limitados.
La población afgana mediante su estatus de refugiado ha sufrido situaciones de injusticias, como la prohibición de vivir en zonas para los no ciudadanos, discriminación, la denegación al acceso a la educación, al igual que abusos policiales y sobre todo devoluciones forzadas. La crisis también ha interrumpido el crecimiento de la niñez afgana. Por lo tanto, proporcionar educación a los niños es fundamental y como una medida adicional los países donantes deberían financiar educación de emergencia. Ayudar a los países que han recibido a los afganos para cubrir los gastos generados por la crisis, y asistencia humanitaria en el país, en gran parte destinada a mujeres y niños y otros grupos vulnerables.
Alrededor de 1,284 refugiados afganos han sido retornados a su país en 2021. El derecho internacional de los refugiados consagra el principio de no retorno, ningún país que se haya adherido a la Convención podrá negarse a acoger refugiados ni a devolverles a su país de procedencia debido a que puede provocar peligro para su vida. Los afganos que se presenten en la frontera de cualquier país o en otro puerto de entrada solicitando ayuda no deben ser devueltos sin que su solicitud sea evaluada en un procedimiento completo y justo. El protocolo de 1967 sobre el estatuto de los refugiados define el estatuto jurídico de los afganos en su país de asilo, sus derechos y obligaciones, incluido el derecho de ser protegido contra una expulsión o devolución. Una vez identificados, los refugiados tienen derecho a un empleo digno, libertad de circulación dentro del territorio, vivienda digna, educación pública y gratuita, asistencia Médica, libertad de religión y acceso a los tribunales.
Breve relación entre la crisis de Afganistán y Venezuela
La crisis de los refugiados en ambos países, provocaron un gran flujo de personas que huyeron de su hogar debido a la inseguridad y la violencia. Pero en cuanto a las diferencias que provocan estas huidas, en el caso de Venezuela fue debido a una gestión política altamente ideologizada e inefectiva y Afganistán a causa de un gobierno basado en su interpretación extrema de la ley islámica Sharia. En el contexto regional no es comparable, puesto que Afganistán se encuentra en una zona caracterizada por múltiples conflictos (religiosos, territoriales, de acceso a recursos energéticos y agua) y un gran número de actores armados vinculados a una diversidad de fuerzas externas. Por su parte, Venezuela se ubica en una América Latina libre de conflictos abiertos y, en términos generales, más estable. El número de refugiados ha aumentado en todas las regiones en los últimos tiempos, según datos estadísticos de la ACNUR los principales lugares de origen de los refugiados se encuentran en primer lugar Siria, seguido de Venezuela y en la tercera posición Afganistán.
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