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La Promesa del Hondureño Ausente



Roberto Seaman


Sábado diez de agosto. Se inauguró “La Copa Honduras”, un evento deportivo organizado por miembros de la comunidad migrante hondureña en la ciudad de Atlanta, Georgia. Nuestra señora Cónsul, la licenciada Angelina Williams fue invitada a dar la patada de inicio y yo... fui invitado a jugar. Quizás mi puesto en la banca fue una cortesía o tal vez el entrenador sintió compromiso porque le expresé mi interés en jugar. La verdad es que no entre ni un minuto al campo de juego pero si tuve la fortuna de ser invitado a “la carneada” en casa de la abuela de Eric, defensa central del equipo. Ahí, en la antesala de Olimpia y Motagua, en medio de las jergas y miles de risas, me di cuenta que esa casa, para mÍ y mis compañeros, se había convertido en un rinconcito de Honduras en el exterior.


De acuerdo al Banco Central de Honduras (BCH), las remesas representan más de un 18% del producto interno bruto (PIB) y se han constituido como una de las principales fuentes de sustento para muchas familias. Además, son la principal fuente de divisas del país, por encima de exportaciones como la del café, maquila y camarón [1]. (La prensa, 2019). Con estas cifras en mente y con experiencia de primera mano, no se puede más que admirar a los miembros de nuestra comunidad hondureña en el exterior, que a pesar de haber salido de Honduras hace muchos años siguen estando presente y aportando al desarrollo del país.

Se calcula que hay alrededor de un millón de ciudadanos hondureños que residen en el exterior. Algunos salen huyendo, la mayoría migra debido a las grandes necesidades económicas del país, otro pequeño grupo sale con ganas de prepararse académicamente, volver y aplicar los conocimientos obtenidos para beneficio de Honduras — o por lo menos esa es la promesa, una promesa que a través de ESPACIOH estamos tratando de cumplir.


Según el Open Doors Report on International Students Exchange de 2016 hubo un incremento del 12.8 por ciento en la cantidad de estudiantes hondureños matriculados para comenzar estudios en los Estados Unidos de América, siendo el incremento porcentual más alto para todo México y la región Centroamericana. Hoy en día, Honduras exporta más estudiantes prometedores a Estados Unidos que cualquier otro país de Centroamérica -más que Costa Rica, Nicaragua y Belice combinados [2]. El Embajador estadounidense en aquel momento, James Nealon, recalcó que estos no son solo logros para los estudiantes, sino que también contribuyen al desarrollo largo-plazo de Honduras. — Entonces, ¿cuándo se convertirán estas promesas en realidad?


La verdad es que el momento es ahora, mientras estudiamos, mientras trabajamos, dentro o fuera del territorio ya que el futuro de nuestro país no es solo responsabilidad de los políticos, grandes líderes, o compañías (si, ellos tienen mucha responsabilidad) pero es igual para el resto. Sin embargo, desde que salimos de nuestra tierra estamos expuestos a que nos pase lo que a muchos: deslumbrarse con otra cultura, carreteras, enamorarse, construir una vida y olvidarse del origen. Y es que el problema del futuro de Honduras no son los cerebros ni los cuerpos que se “exportan” sino los corazones, los lazos y las familias que se fugan.

Quiero dejar claro que el objetivo de este discurso no es dar una opinión sobre la migración de nuestros compatriotas, ni mucho menos hacer una comparación. De todas formas, un hondureño dentro o fuera del territorio puede provocar grandes cambios. El éxito tiene muchas definiciones y cualquier hondureño que haya logrado sus metas es motivo de alegría para todos. Mi única intención es recordarles que el desarrollo es un proyecto que requiere del esfuerzo, constancia y convicción de cada hondureño.




[1] La Prensa. 2019. Las Remesas Enviadas Crecieron 10.1% entre Enero y Marzo

[2] IIE: 2016 Open Doors Report on International Educational Exchange (U.S. Embassy)

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